Toda familia necesita un momento de escape y tomar unas merecidas vacaciones. Según la Asociación Estadounidense de Psicólogos se recomienda que para mantener el equilibrio mental hay que tomarse al menos unas vacaciones al año. La casa, el trabajo y la rutina hacen que la vida se pueda tornar monótona, aburrida y llegue a generar estrés. El tiempo libre ayuda a promover un ambiente relajado, desconectarse de la rigidez de la vida diaria y ayuda a disfrutar de preciados momentos con tus seres queridos.

 
1. Elige el destino.

En primer lugar, es importante tener en cuenta la situación de cada miembro de la familia a la hora de seleccionar el lugar de vacaciones: aunque viajar con niños no debería ser un impedimento, siempre es más recomendable elegir lugares que puedan resultarles interesantes y en los que se encuentren a gusto.

2. Crea memorias que perduran

Los momentos que se comparten fuera del hogar en medio de la alegría y relajación propias de estas circunstancias donde el tiempo es dedicado única y exclusivamente a los niños, es lo más que recordarán cuando crezcan.

Un día en la playa, es uno de los mejores planes, porque los padres pueden dedicar su atención a los chicos. Las actividades que se comparten en familia son recordadas y fortalecen lo lazos de fraternidad y afecto.

Quizás los más pequeños, no recordarán cuando jugaron con aquel costoso regalo o gozaron con aquel programa de televisión, pero sí recordarán para siempre cuando compartieron con papá y mamá en una cabaña o bajo una sombrilla de sol en la playa haciendo un castillo de arena.

3. Sirve de aprendizaje


Por otro lado, una de las mejores maneras de aprender sobre historia, es visitando los lugares en que ocurrió. Por ejemplo si quieres saber cómo eran las islas que descubrió Colón en el Caribe pueden visitar Roatán. Si quieres que sepan de política y la Casa Blanca, lo mejor es programar un viaje a Washington D.C.,en pocas palabras la manera más efectiva de aprender es haber visto el lugar donde ocurrió la acción.

4. Ocio para todos.


Es importante tener preparadas actividades para todas las edades de antemano. Asegurarnos de que haya talleres o jornadas pensadas para ellos. Además, también es recomendable realizar excursiones que estén adaptadas a su ritmo y capacidad física.

6. Juntos es mejor.

Seleccionar el destino juntos, la ciudad o país, ayuda a crear un vínculo más fuerte con los más pequeños y les hará sentirse vinculados y responsables del resultado final. Es una manera de inculcarles cierto control de las situaciones ya desde niños.

7. Hábitos de alimentación.


Cuando salimos de vacaciones es habitual encontrar alimentos diferentes a los que estamos acostumbrados. Es importante prestar atención a ingredientes y formas de cocción para evitar intoxicaciones; a pesar de todo, ésta puede ser una gran oportunidad para mostrar a los niños lo importante de una buena alimentación y de conocer nuevos productos. A veces a los niños les cuesta probar cosas nuevas, pero si aprovechamos las vacaciones, que es cuando están más entretenidos y abiertos a novedades, conseguiremos que estén más receptivos.

8. Organización y flexibilidad.

Es importante mantener la organización que tenemos dentro del núcleo familiar también en vacaciones, y que exista cierta continuidad en las obligaciones de los niños. En periodos de tiempo libre podemos relajarnos un poco y aumentar la flexibilidad de nuestras exigencias, como por ejemplo con pequeños cambios en los horarios de comida, o permitirles irse a la cama un poco más tarde.

Viajar es vivir, y hacerlo por un retiro familiar vacacional es aún mejor. Sus hijos, su pareja, y todos los que le acompañen recordarán esas vacaciones toda su vida. Recuerde que empacar su equipaje y escoger un destino paradisiáco pueden hacer aún más memorables las vacaciones. Premie su éxito en los negocios y también a su familia con ese viaje vacacional pospuesto hace tanto tiempo.